La reciente denuncia de los empleados de la Dirección de Alumbrado Público de Ciudad Juárez ha sacado a la luz una situación que no puede ser ignorada: la violencia laboral, el abuso de poder y la falta de medidas claras para garantizar un ambiente seguro y respetuoso dentro de las instituciones. El caso que involucra al director Abraham Espitia, quien es acusado de agredir a varios trabajadores durante una posada navideña, es solo la punta del iceberg de un problema mayor que parece ser un patrón dentro de esta dependencia. El alcalde Cruz Pérez collar se encuentra entre la espada y la pared veremos si resuelve de la forma correcta, porque todos están esperando una respuesta.
Según los testimonios de los afectados, el viernes pasado, durante una posada que se celebraba en los salones del Sindicato del Municipio, Espitia, sin razón aparente, agredió físicamente a un supervisor. Ante la intervención de Salvador Rodríguez, uno de los trabajadores que trató de separar la pelea, el director habría reaccionado golpeándolo con una botella. Este tipo de comportamiento no solo es inadmisible, sino que refleja una cultura de autoritarismo y acoso laboral que debe ser erradicada de inmediato. El hecho de que el incidente haya ocurrido en un evento social, y no en el contexto de una discusión de trabajo, pone aún más en evidencia la falta de control emocional y el abuso de poder por parte de quien debería ser un modelo de liderazgo.
El caso de violencia no es aislado. Según los trabajadores, el director ha mostrado actitudes de hostigamiento constantes hacia el personal, creando un ambiente de trabajo tenso e insostenible. Esta denuncia no solo resalta la gravedad de los hechos, sino que también plantea una serie de cuestionamientos sobre la cultura laboral que prevalece en esta dirección. ¿Cómo es posible que un líder de una dependencia pública actúe con total impunidad? ¿Dónde están las medidas para proteger a los trabajadores de abusos? La falta de respuestas contundentes y rápidas por parte de las autoridades es una muestra de una gestión ineficaz que no prioriza el bienestar de sus empleados.
El comunicado emitido por Deyanira Román, enlace de Comunicación Social de la Dirección de Servicios Públicos, indica que el caso está siendo investigado. Sin embargo, los trabajadores exigen respuestas claras y rápidas. La convocatoria a un paro de labores el 2 de enero refleja el nivel de desesperación que tienen los empleados ante la falta de acción inmediata. No es posible que, en pleno siglo XXI, este tipo de conductas sean toleradas en el ámbito público. El gobierno local, encabezado por el presidente municipal, debe tomar cartas en el asunto y no permitir que situaciones como estas continúen empañando la imagen de la administración pública.
La violencia laboral no solo afecta a las víctimas directas, sino que también tiene repercusiones en el ambiente general de trabajo. Cuando un empleado no se siente seguro ni respetado, su productividad, compromiso y bienestar se ven gravemente afectados. El impacto de este tipo de sucesos va mucho más allá de lo que se ve a simple vista. Si las autoridades no toman acciones inmediatas y ejemplares, el daño será irreversible no solo para la Dirección de Alumbrado Público, sino para el funcionamiento de otras dependencias municipales.
Es urgente que se tomen medidas firmes: desde una investigación profunda e imparcial hasta sanciones ejemplares, en caso de que se compruebe la responsabilidad del director en estos hechos. Además, es crucial que se fortalezcan los mecanismos de denuncia y protección para los trabajadores, creando un espacio en el que se respeten sus derechos y se garantice un trato digno. La violencia no tiene cabida en ninguna institución, menos aún en el ámbito laboral, donde el respeto, la seguridad y el bienestar de los trabajadores deben ser siempre la prioridad.
Es momento de que las autoridades actúen con responsabilidad, transparencia y firmeza. Los trabajadores de Ciudad Juárez no merecen ser sometidos a este tipo de abusos. La comunidad exige que se garantice un ambiente de trabajo seguro, libre de violencia y hostigamiento, porque solo así se podrá construir una administración pública verdaderamente confiable y respetuosa con los derechos de quienes sirven a la ciudadanía. Veremos cómo tomará este ataque violento el presidente de Ciudad Juárez Cruz Pérez Cuéllar.